lunes, 10 de septiembre de 2018

Subiendo.

Muchas son las dificultades. Todos los días. El reto de subir unas gradas, levantarse de la silla, subir los brazos a pesar del dolor...
Pero todos los días el sol sale por el horizonte de la montaña y hasta hoy nos vemos a la cara, aunque las nubes persistan en querer ocultar su luz.

Muchas son las preguntas que aún siguen sin respuestas. 
¿Tenemos que tapar todo con cemento?
¿Pagar tantos impuestos para que unos pocos se los roben?
¿Vender licor para embrutecer a nuestros jóvenes?
¿Dejar de respirar para dar espacio a otros?
¿Cortar árboles para escribir sobre papel?
¿Trabajar hora incontables por dinero que no sabemos disfrutar?
¿Poseer lo que no podemos controlar?

Mucho es lo que cuestiono. Y cada vez me convenzo más que la vida fue hecha para disfrutarla en medio del bosque profundo, tomando solo lo que necesitamos de las ramas de árbol que nos ofrece su fruto cargado de energía pura en alegres colores. 

O viendo su cambio de luces y tonos en el sendero que antes cruzó un puma, ó una manada de zainos que escarbaba su alimento en la generosa tierra...

Ó usando la tecnología bajo techo abrigada de la lluvia en un canto frenético de fertilidad...

Espero, espero. Ese día en que los hijos bailen sobrios con sus amadas y los nietos jueguen seguros en el charco del patio...libres y sanos!

Mientras esas respuestas llegan me ocupo, pinto y canto. 
Nos veremos de nuevo por ahí.
Patricia. 


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